En el año de 1789 se desató la Revolución Francesa con la finalidad de dar al hombre la libertad, la iguadad y la fraternidad. Se inció una nueva forma de gobierno y se luchó por cambiar el ejercicio del poder. Pero pronto, se pasó de una lucha de esperanza a una lucha de terror. Y se instauró otro régimen y la pobreza continuó.
En 1910, la Revolución Mexicana también quiso lograr la igualdad social, pero luego el caudillismo y la búsqueda del poder hicieron que el país se sumiera en otra manera de gobierno que no resolvió los problemas sociales.
En 1917 se desató la Revolución Rusa y viendo que después de una revolución las cosas siguen igual, propuso una sociedad sin clases sociales. Y entonces el poder recayó en un Estado que si bien no era una clase social, sí era un grupo de personas que desde el gobierno gozaban de privilegios y toda expresión contraria era sofocada.
Las Revoluciones no cambian al mundo si pierden la intención inicial: Igualdad, Libertad, Fraternidad no pueden ser exigidos, tienen que ser concedidos por quienes los disfrutan. No exijas que te traten con igualdad sino tratas tú así a los demás; no exijas fraternidad y comprensión cuando no dejas a un lado tus propias ideas para escuchar al otro. No exijas llibertad si tú no eres libre de renunciar a a parte de tu hacer, de tus "derechos" para concerderlos a otros por el bien común.
La Revolución no triunfará en las calles si no ha triunfado en tu corazón. En lugar de gritar: ¡Viva la Revolución!, dedícate a vivir la revolución. (Los cristianos creemos en la revolución del amor)
Buenos días!!!
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