martes, 5 de febrero de 2008

San Felipe de Jesús


Es bien sabido por todos nosotros que si estamos abiertos a los acontecimientos que suceden en lo ordinario de la vida, nos damos la oportunidad de aprender algo nuevo cada día. En la historia siempre han existido hombres valientes que se aferran y entregan su vida por causas nobles y justas para sus hermanos los hombres, podemos traer a la memoria a Martin Luther King, el cual murió defendiendo los derechos civiles mediante una lucha pacifista. Del mismo modo podemos mencionar a Mahatma Gandhi y a muchos otros que sin importar el esfuerzo e incluso su vida, llegan a morir por el bien del prójimo.

Un ejemplo que podemos tomar para el día de hoy lo encontramos en la figura de San Felipe de Jesús, mexicano que siendo hijo de una familia de buena posición económica decide ser religioso y entregar su vida al servicio de sus hermanos. Viaja fuera del país para estudiar para sacerdote y al tratar de regresar a la ciudad de México para su ordenación, el barco en que viajaba naufragó y fue destrozado junto a las costas de Japón, allí Felipe se dispuso a evangelizar y a dar a conocer a Jesús, pero los japoneses temían de los misioneros y los tomaron presos a él, a varios franciscanos y a algunos japoneses que se habían convertido al cristianismo. Los atravesaron con lanzas. El primero fue Felipe de Jesús. Murió repitiendo el nombre de Jesús. Le dieron dos lanzadas en el pecho que le abrieron las puertas de la Gloria de Dios. Felipe buscó realizar una vocación a la cual se sintió llamado y la realizó hasta morir por ella, se entregó a Dios para darlo a conocer a quienes no lo conocían.

Nosotros podemos aprender hoy a esforzarnos en realizar bien lo que nos corresponde ya sea en la escuela, en el trabajo, con nuestra familia y sobre todo en tratar de realizar la vocación que Dios tiene para cada uno, y al mismo tiempo acercándonos a la Eucaristía o con nuestra oración, podamos pedirle a Jesús nos ayude a realizar esa vocación que tenemos en la vida. Habrá que recordar que el testimonio de los santos confirma el amor a Dios y que su testimonio nos puede ayudar a crecer en nuestra vida espiritual, en nuestra vida de fe.
Martín Delgado, SDB

No hay comentarios: