lunes, 4 de febrero de 2008

Las coles, queridos jóvenes


Cuando Don Bosco comenzó su obra de los oratorios, lo corrían de un lado para otro con todo y sus muchachos. Una vez que estaban tristes porque los habían corrido de un lugar, un colaborador de Don Bosco, el teólogo Borel dijo el siguiente sermón:


"Las coles, queridos jóvenes, si no se trasplantan, no se hacen grandes y hermosas. Pues lo mismo ocurre con nuestro Oratorio... Demos de lado a los pensamientos tristes y pongámonos por completo en las manos del Señor, que él cuidará de nosotros... El pesará el el lugar conveniente para promover su gloria y nuestro bien"


Así nos pasa en momentos, cuando creemos tener todo seguro, todo planeado, los imprevistos nos obligan a buscar nuevas alternativas y modificar nuestros planes. Por eso, ahí es donde tenemos que crecer y mostrar todo lo que valemos, cada vez que nos tenemos que adaptar a situaciones nuevas tenemos que desechar todo aquello que es superfluo y afianzar lo que es necesario; cada vez tenemos que ser más fuertes y terminaremos siendo unos "lechugones".

No hay comentarios: