"Es tan fuerte el amor como la muerte,
y la pasión, tenaz como el infierno,
sus flechas son dardos de fuego,
como llama divina.
No apagarán el amor
ni lo ahogarán océanos, ni ríos..."
Estas palabras son del Cantar de los Cantares, uno de los libros más hermosos de la Biblia. El amor siempre triunfará, decimos con frecuencia, pero qué difícil es ponerlo en práctica cuando alguién nos ha herido. Nos sentimos defraudados y traicionados.
Sin embargo, el verdadero amor SÍ puede sortear todos estos problemas (pero claro que no los puede evitar). Cuando alguien nos falla, nos duele, pero nos fijamos más en lo que nos dañó que en el corazón y la intención de quien decimos amar. No consiste en un perdón ciego, sino en un perdón que acepta a la persona con esa nueva dimensión de falla que no conocíamos. Por ello, los enamoramientos y muchas amistades se acaban, porque en la otra persona no lo buscábamos a él o a ella, sino a nosotros mismos. Canciones que te pueden ayudar a pensar en esto: "No te enamoraste de mí, sino de ti cuando estás conmigo" (de Arjona), o "Pero todo lo demás, le gana lo bueno que me das... que te quiero con limón y sal, que te quiero tal y como estás, no hace falta cambiarte nada" (de Julieta Venegas).
Una prueba de amor la tenemos en Jesús (para mi, es la más grande) que desde la cruz no ve pecadores, sino hombres que ama y por ello dice: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Ojalá podamos superar nuestro orgullo y nuestras concepciones idealizadas del amor para abrirnos al amor verdadero que sólo se conquista y se conserva con el perdón.
Buenos días!!
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