Un día después del 14 de febrero, muchos siguen comiendo chocolates, otras le cambiarán el agua a sus rosas, pero tristemente muchos y muchas sienten en su interior el pequeño vacío del "ya pasó".
Mucho ojo, el amor y la amistad no consisten en la celebración de un día, sino en el construir poco a poco eso que se ha celebrado. Tal vez no siempre sea "emocionante", pero la persona que amas (como amigo, como pareja, como familiar) está ahí, con sus problemas, con sus silencios, con su misterio, con su sonrisa... qué maravilla es darte cuenta que nunca podrás poseer a la otra persona, eso nos dice que aún no hemos terminado de amarla y de comprenderla, y que cada día es una nueva oportunidad para recomenzar.
Así que, si ayer celebraste, hoy construye; si ayer no celebraste, no te apures, hoy construye. El amor no es algo que se de de una vez para siempre, se hace en el día a día.
Decía Santa Teresita: "Mi vida es un instante, una efímera hora, un momento que se evade y que huye veloz, para amarte Dios mío, en esta pobre tierra, no tengo más que un día, sólo el día de hoy".
Buenos días.
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