En 1918, los Salesianos recibieron la misión de Shiuchow de parte del Vicario Apostólico de Canton (China), y el Mons. Luis Versiglia fue consagrado su obispo. Sabio, infatigable y pobre, constantemente visitaba y daba ánimo a los cofrades y cristianos de su diócesis. Cuando llegaba a las aldeas, especialmente los niños, organizaban una fiesta. Era un verdadero pastor, totalmente dedicado a su rebaño. Le dio al Vicariato una estructura sólida, con su propio seminario y casa de formación. Planificó residencias y hospitales para los adultos mayores y los necesitados.
Se ocupó muy cuidadosamente de la formación de catequistas. En sus notas escribió: “El misionero que no está unido a Dios es un canal separado de su fuente”. “El misionero que ora mucho logra mucho”. Como Don Bosco, fue un ejemplo de trabajo y moderación.
Entre tanto, la situación política en China se había vuelto muy tensa, especialmente para los Cristianos y los misioneros extranjeros. Empezaron las persecuciones.
El 13 de febrero de 1930, junto con el P. Calixto Caravario, joven sacerdote salesiano, el obispo fue a Shiuchow en una visita pastoral a la misión de Linchow. Algunos niños y niñas fueron con ellos; habían estado estudiando en Shiuchow. El 25 de febrero, un grupo de piratas bolcheviques detuvo el bote del obispo, con la intención de llevarse a las niñas. El obispo y el P. Caravario los obstruyeron con todas las fuerzas que pudieron. Fueron llevados a la fuerza y finalmente fusilados. Antes de que fueran asesinados, cada uno se confesó con el otro. El último suspiro fue por su querida China. Los asesinos se sorprendieron por no verlos temblar ante la muerte: "¿Por qué habremos de temer la muerte si somos cristianos?"
Que el ejemplo de estos mártires no llenen de coraje para defender a las personas que amamos.
Buenos días!!!
1 comentario:
HERMOSO TESTIMONIO DE ESTOS DOS GRANDES MÁRTIRES SALESIANOS !!!!!!!!!!!!!!
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