Pues bien, es interesante pensar que los enfermos no son productivos, pues quien se enferma no trabaja, hasta pueden llegar a ser una carga económica muy fuerte para los familiares. Tal vez es por ello que algunos promueven la eutanasia, como lo aconsejara Nietzche: "a los débiles hay que ayudarles a morir". Así lo entendió Hitler y se dispuso a destruir a todos aquellos que no congeniaban con su ideal de pureza de la raza aria: los discapacitados, los locos, etc. ¿Cuál es el valor de los enfermos?
El ser humano aprecia la belleza, la vitalidad, la juventud... y los enfermos se muestran como todo lo contrario. Sin embargo, es en ellos en que resplandece lo que verdaderamente vale una persona. El dolor de un ser querido enfermo nos afecta en tal manera que podemos amar a la persona por lo que realmente es y no por lo que hace. A un enfermo no se le puede pedir más que su presencia y eso nos basta. Por ello, en un enfermo descubrimos lo que es la dignidad humana; eso nunca lo pierden, y con sus ganas de vivir nos muestran cuan hermosa es la vida.
Tristemente, hay también enfermos que no tienen quien vea por ellos, quien les aliente en la esperanza, quien les pueda decir (como nosotros les decimos a nuestros seres queridos enfermos) : "te quiero vivo(a) porque te amo, no quiero nada de ti más que una sonrisa". Por ellos elevemos hoy nuestra oración, y no cerremos nuestros brazos para poder ayudarlos. Que gusto me da conocer a muchachos jóvenes que se acercan a una casa de niños con cáncer para darles ánimo, u otros que van a los asilos para ver a sus "abuelitas adoptivas". Creo que todos ellos podrán decir lo mismo, uno trata de ayudar, pero son ellos quienes te enseñan a valorar tu propia vida. Ojalá te animes a ser uno de estos voluntarios entre los enfermos abandonados.
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