miércoles, 9 de abril de 2008

Vida Renovada


Vivimos el tiempo de Cristo resucitado y esto en sí mismo no nos puede decir nada a nosotros, ni causar ninguna reacción, no lo hace porque vivimos comprometidos con nuestras “propias experiencias”, con “nuestros propios deseos”, con nuestras “propias fuerzas”. Sin embargo la vida de Cristo nos ha mostrado un camino verdadero de felicidad que no consistió en tener lo que él quería, sino en querer lo que realmente estaba en sus manos, es decir, en su donación plena por amor a la humanidad.

En efecto, el año es como un símbolo de la eternidad, ya que, una vez terminado su curso, vuelve siempre a recomenzar su ciclo. Y Cristo, se ha ofrecido por nosotros en sacrificio y, considerando como si nuestra vida anterior no hubiera pasado en el tiempo, nos da el principio de una segunda vida, mediante el baño del bautismo. Busquemos la felicidad en lo que tenemos, es decir, en una vida nueva que nos ha sido otorgada en el sacrificio de Cristo el cual nos muestra, con su resurrección, que todo se renueva, que todo cambia y el que ha vivido esta experiencia no puede continuar viviendo igual, antes bien, se ejerce una fuerza de continua transformación. Buenos Días.

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