sábado, 13 de junio de 2009

Novena al Sagrado Corazón. Día 4

13 de junio de 2009
En la Teología:
La Teología del Corazón de Jesús hemos de enmarcarla dentro de la Cristología (tratado dogmático sobre Jesucristo, Verbo encarnado); y, dentro de este tratado, nos tenemos que detener en la santísima Humanidad de Cristo, distinguiéndola, pero no separándola nunca, de su Divinidad.
La Humanidad de Cristo que por estar unida hipostáticamente al Verbo de Dios (la Segunda Persona de la Santísima Trinidad) merece, exige de nosotros un culto de adoración, de latría; porque es un cuerpo y un alma, o un cuerpo-animado, de una Persona, no humana sino divina, infinita: el Verbo eterno de Dios. Luego, la Humanidad de Jesús es adorable en virtud de la Divinidad. San Pablo dirá que “en Cristo habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente”, “In quo habitat omnis plenitudo divinitatis corporaliter” (Col 2,9). Este bellísimo texto lo recogen las letanías del Sagrado Corazón de Jesús. Por ello, para gustar lo que nos enseña la Sagrada Teología sobre el Corazón de Jesús bastaría con estudiar y meditar, una a una, esas letanías, a cual más hermosa1.
El Papa Pío XII, en una frase que es todo un mundo, dice que “el Corazón de Jesús es como la suma de todo el misterio de nuestra Redención”. También afirma que “en el culto al Sagrado Corazón de Jesús se contiene la esencia de toda la religión” (Encíclica Haurietis aquas).Es la síntesis de la Historia de la Revelación, de todo el Plan de Dios.
Ya conocemos esa expresión de San Pablo: “recapitular todo en Cristo” (Ef 1,10). Pues bien, el símbolo de esa recapitulación es justamente el Corazón de Jesús. Por eso la Iglesia ha establecido una fiesta litúrgica en honor de ese Corazón, cuyo culto y devoción han ido creciendo hasta nuestros días, a pesar de la desacralización, del racionalismo, el evolucionismo, y otros factores negativos del momento histórico que nos toca vivir.

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