Es curioso que los mexicanos celebremos con tanto orgullo la victoria de una batalla contra el ejército francés aún sabiendo que perdimos la guerra y fuimos conquistados poco tiempo después. La gloria de este día fue una llama de esperanza en medio de todas las derrotas posteriores, es el saber que al menos una vez se pudo triunfar.
Esto nos ofrece un peligro y una línea de crecimiento.
El peligro consiste en sólo quedarnos con ese sabor de boca y no concretar la lucha por la verdadera independencia de nuestra nación. Derrotamos a un ejército extranjero, pero fuimos presa de otros tantos, y hoy seguimos presos de la división, el populismo, la demagogía, la destrucción del medio ambiente, la corrupción, el malinchismo, la pereza, etc. etc. que nos hacen presa de la ambición de otras naciones y lo más triste de alguno que otro de nuestros connacionales (me abstengo decir compatriotas por obvias razones).
Sin embargo, la línea de crecimiento, es el esfuerzo de construir sobre esa victoria, y en lugar de ponerle un altar y un día de asueto, nos esforcemos a repetir esta hazaña con constancia, sacrificio y verdadero amor a la Patria. Esta gente que no brilla e incluso queda aplastada en medio de todos los defectos arriba mencionados, ellos son los verdaderos compatriotas que llenan de gloria el nombre de nuestra nación.
Y tú, ¿de qué lado estás?, ¿ de los que celebran una batalla ganada en el pasado o de los que luchan la guerra de hoy?
Buenos días.
1 comentario:
Verde embeleso... dijo la poeta ;), un país que no aprende de su historia... basta de glorias pasadas, mini-glorias, del flash informativo cultural, México floklorico.
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