Hace 120 años que en Turín, Italia, murió un viejo sacerdote que gastó toda su vida por atender a los jóvenes más necesitados, sobre todo de confianza. Esos jóvenes que no tenían esperanza en las periferias de la ciudad industrializada del Piamonte, esos jóvenes metidos en la cárcel por carecer de un amigo que les ayudase a creer en sí mismos, esos jóvenes que no se sabían amados por un Dios que es misericordioso, fueron para él la señal más clara para su vocación.
Hace más de 120 años de que este santo armara una revolución espiritual llamada familia salesiana para continuar su obra a través del espacio y del tiempo, y a pesar de todo el esfuerzo de sus salesianos, de las hijas de María Auxiliadora, de sus queridos Cooperadores, aún hay jóvenes que no se han descubierto amados, y esta es la mayor tragedia: "No basta con amar a los jóvenes, es necesario que ellos sepan que son amados", decía a sus salesianos al descubrirles el éxito de su pedagogía.
Sí hay esperanza, la vida tiene un sentido maravilloso: amar y ser amados. ¿Cuántos jóvenes y adolescentes no se han descubierto amados? Sólo el amor abre los corazones, sólo el amor es digno de ser creído. Hoy se habla tanto de las jóvenes generaciones, pero poco se les habla a ellos. Poco se les enseña a saberse amados por un Dios que confía en ellos más allá de edad, sexo, condición social y demás condicionamientos. ¿Quién les comunicará esta alegre noticia? Ojalá hoy puedas ayudar a este viejo sacerdote.
Feliz fiesta de san Juan Bosco!!!
1er Domingo de Adviento, ciclo C
Hace 5 años
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